A menos que hayáis estado viviendo en una cueva las últimas semanas, sabréis de sobra que Bungie ha dedicado a La Casa de los Lobos eventos promocionales en Twitch últimamente. Ayer, tal y como os indicábamos, se presentó oficialmente el Presidio de los Ancianos, uno de los principales reclamos del nuevo DLC.
Para ello, Bungie trajo consigo al invitado especial Professorbroman que, aunque para muchos no ha mantenido el listón de calidad como jugador que sí dio TripleWRECK la semana pasada en las Pruebas de Osiris, al menos nos ha servido a todos para ver en directo la jugabilidad de este nuevo modo.
En resumidas cuentas, hablamos de una intensa actividad PvE para 3 jugadores, que mezcla las ideas de modo horda (como en Gears of War, por ejemplo) con las mecánicas cambiantes, los modificadores y las reliquias a las que nos tienen acostumbrados las incursiones de Destiny.
En ella, los jugadores se baten en duelo contra tres o cuatro oleadas seguidas de enemigos que terminan con un jefe. Todo comienza en una sala de espera, el airlock, desde donde accederemos a un pasillo aleatorio que esconde enemigos de una misma especie. Sí, eso quiere decir que en el Presidio lucharemos contra todos los enemigos de Destiny: los caídos, la colmena, los vex y los cabal. A lo largo de las cinco rondas que dura la partida, jugaremos con modificadores aleatorios, objetivos diversos y jefes también al azar.

No, los caídos no son los únicos malos que veremos en la nueva arena
Dichos modificadores, objetivos y jefes son mecánicas que ya habíamos visto, pero con nuevas caras. Así pues, veremos modificadores nuevos que multiplican el daño de nuestra melé un 300%, que dupliquen el daño de las armas primarias o similares. Algunos nos ayudan, otros ayudan tanto a nosotros como a los enemigos y otros son un bache en el camino. De forma parecida, mecánicas como las de capturar una bandera, destruir un VIP antes de que cumpla su objetivo o romper oráculos forman parte, con otros nombres y rostros, del nuevo reto. Igualmente habrán nuevos jefes como el cabal Urrox que tendrán sus propias nuevas mecánicas.
El Presidio de los Ancianos no es la única arena que jugaremos, no. De hecho, es la más pequeña de las cinco que hay. En el Presidio hay matchmaking, así que podremos jugar con gente escogida por la consola. Es una actividad asequible (nivel 28) y muy aleatoria tanto en los enemigos como en los modificadores y mecánicas. Sin embargo, los jugadores más expertos terminarán jugando otras arenas más duras de nv32, nv34 y nv35. En esta última lucharemos contra el propio Skolas, líder de la rebelión de caídos y aspirante a kell, para sofocar el levantamiento de una vez por todas.

Skolas aguarda en la más dura de las arenas
Ni que decir tiene que en las listas más duras obtendremos mejores recompensas, como Etheric Light -para actualizar nuestro equipamiento- o un importante bonus de +500 de reputación. Habrá cambios y desafíos distintos para esas misiones todas las semanas, de forma que alargaremos considerablemente la vida del DLC conforme más lo juguemos.
Está claro que Bungie ha sido muy inteligente, o al menos más empático, en este segundo DLC. No hace falta preguntar a muchos fans para darse cuenta de que duele el hecho de perdernos una nueva incursión, pero por lo menos ofrecen algo nuevo de verdad y lo parecen estar haciendo muy bien. Las nuevas armaduras de incursión no son un must have para subir a nv34, no. Cualquiera podrá subir a nv34 con el equipamiento legendario o excepcional que tenga a mano. Eso ayuda a crear diversidad, y no obliga a nadie a frustrarse con las recompensas que no caen para el personaje que tiene.
¿Significa eso que el atuendo temático de la nueva incursión (¡ejem! arena…) no sea codiciado? Ni mucho menos. La presencia de Skolas a nv35 exige preparativos, y las armas y armaduras temáticas suponen de lejos el equipamiento ideal para afrontar el reto gracias a sus habilidades. En cualquier caso, todos podremos disfrutar de un modo PvE que se antoja. No es que las incursiones sean aburridas, pero sabiendo de antemano todos los bugs y todas las mecánicas, no escondían grandes misterios para nosotros. Pero las arenas sin dudas serán un patio de recreo estupendo. Todo el mundo puede reunir con facilidad un par de amigos y si no es así se puede jugar con matchmaking, pero lo divertido será ir en grupo, discutir estrategias para conservar la munición de la reliquia y dar con las combinaciones de clases ganadoras.
No hay duda de que esto alentará el interés de la comunidad por jugar el PvE más por diversión propia que por las recompensas en sí. Establecer nuevos récords de mejor tiempo, descubrir qué excepcionales funcionan mejor y hacer amigos con intereses comunes. Si no eras de Crisol, normalmente a partir del miércoles te quedabas de brazos cruzados. Me alegra ver que eso está a punto de cambiar.
¿Lo mejor de todo? A nivel personal, creo que Bungie empieza a tomarse a Destiny en serio. Por primera vez desde la Cámara de Cristal, parece como si Bungie hubiese mirado a su alrededor y hubiese pensado en cómo coger las mecánicas que tienen hechas en Destiny y hacer algo nuevo con ellas. En su día lo hicieron muy bien cogiendo un enemigo normal (la harpía), cambiando un poco su comportamiento, y ponerla en un mapa laberíntico como es el Laberinto de la Gorgona y crear una jugabilidad distinta a la de Destiny, el sigilo, dentro de Destiny. De un modo parecido, parece que por fin veremos en la arena cómo se pueden tomar de un modo diferente la captura de bandera, la aniquilación de un enemigo marcado o el uso de una reliquia. En retrospectiva y con ojo crítico, Halo no era mucho más que un consistentísimo FPS con posibilidades casi infinitas gracias a las plataformas de salto, las placas de teletransporte, el lanzamiento de balón, los interruptores y demás.
Quién sabe, quizás sea ése el camino que Bungie poco a poco quiere tomar, una vez más. De ser así, el futuro no puede ser más prometedor.